Si respondes que sí al preguntarte: ¿siento estrés, miedo o preocupación?,
probablemente estés teniendo ansiedad.
Es normal sentirse abrumados y, la situación actual en el mundo nos ha llevado,
como sociedad, a poner mayor atención en cómo estamos percibiendo lo que
ocurre. Actualmente, es más común revisar aspectos que teníamos olvidados, como
nuestra salud mental y la forma en la que lidiamos con emociones negativas.
La Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5 (Manual Diagnóstico y
Estadístico, por sus siglas en inglés), define el espectro de ansiedad como
preocupación excesiva y persistente por la posibilidad de un acontecimiento
adverso.
La muerte, la pérdida, la incertidumbre, el rechazo o la violencia que vivimos, agita
nuestra mente y hasta nuestro corazón en algunos casos; nos sentimos vulnerables,
preocupados y llenos de miedo. Es más común de lo que piensas y mucha gente
vive lo mismo que sientes tú ante una situación inquietante. Los fuertes latidos, la
sudoración excesiva, la dificultad para respirar y hasta cierto mareo, nos hacen
pensar lo peor, pero es sólo nuestra mente jugándonos una mala pasada.
La terapia psicológica, métodos de relajación, un estilo de vida saludable y ejercicio
regular, pueden ayudar a disminuir los síntomas y los desencadenantes que
provocan tener ansiedad.